Vinimos aquí a Los Bajos como si fuera un sueño. Haciendo lo más deseado: escribir, una virtud que me va viniendo de a poco y con fuerza, modo de “decir” sanador en dolores duros, de decir lo soñado.
Aquí se combina “escribir” y en “Los Bajos”, lugar elegido de mundo, seguro que soñado de toda la vida sin saberlo.
Lugar que me llamó y me encontró.
Maravilla que brilla y refleja en el marrón del agua
amarillo de sauces amarillos
Que hace danzar la paja espadaña de la costa baja
Que hace boyar un tronco pesado
Que apenas mueve un tronco suave, que lo retiene y lo suelta, lo mece, lo acuna
Que hace girar un camalote, camalotito
Que sólo va, solito y gira y gira sin parar
Como la vida que gira,
va y sólo va
Este lugar que impulsa a una garza a cruzar el fondo del cielo
Que la atrae y la empuja a ir a …
Adónde irá?
Qué sabe la garza,
pero va
Este lugar que
amarra los juncos que dan tanta paz
esos juncos que saben bailar al son del río
Que va
Como la vida que sólo va
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