Detenida en una masa espesa, suave, mercurial.
Un leve movimiento. El torso repetido saluda desde el agua. La fotografía de ella misma en el marco de un cielo a punto de nublarse. ¿Cuánto más permanecerá sin mostrarse?
Mucho frío, los dedos congelados. Un regocijo a punto estatua.
La escritura cristaliza lo que queda de ese instante.
Mónica Pampinella
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